La nostalgia compacta ha regresado
Nostalgia, comodidad y economía. Tres elementos para una ecuación que parece destinada al regreso exitoso. Y es que el disco compacto, sí, ese mismo, el que revolucionó la industria de la música a mediados de los ´80, que se expandió en la primera mitad de los ’90 y vivió sus días de gloria en la segunda mitad de esa década para después decaer por la irrupción del streaming, hoy parece estar de regreso. Las cifras de Asociación de Industria Discográfica son elocuentes. La venta de CDs aumentó por primera vez desde 2004 en Estados Unidos. ¿Asistiremos a otro revival como el del vinilo?
Ernesto Bustos B.
Las modas son circulares. No hay duda de que primero fue el turno del vinilo, luego de modo más tímido volvieron los cassettes y ahora sucede que la venta de Cds comienza a experimentar un alza importante, al menos en Estados Unidos, considerando que por primera vez desde 2004 la comercialización del disco compacto aumentó durante 2021.
En la época dorada del CD se llegaron a comercializar más de 3.200 millones de dólares en 2000. Eran otros tiempos claro está. Con artistas como Britney Spears, Robbie Williams o N’sync en lo más alto de la popularidad, la venta de su música era el “pan caliente” salido recién del horno.
La irrupción del streaming frenó esta fiebre y hubo que reeducarse en el consumo de música con nombres como Spotify, Apple Music o Deezer. Al poco tiempo el vinilo tuvo su retorno en gloria con ventas increíbles. Sin embargo, el disco compacto no corrió la misma suerte y, poco a poco, fue quedando en el olvido. Eso hasta 2021, cuando las ventas de formatos físicos de música alcanzaron los 1.650 millones de dólares en Estados Unidos y en particular el del CD que anotó números soñados para un regreso: 584,2 millones de dólares en el mismo país en 2021.
Acá surge un primer fenómeno para explicar este repute y que involucra al vinilo. Si bien este formato físico regresó por un tema de nostalgia, los CDs van por el carril del descubrir algo desconocido para un segmento de la población que consume música. Quienes están detrás de este aumento son adultos que crecieron entre los acetatos de sus padres y que durante la pandemia tuvieron tiempo de investigar, descubrir y escuchar el disco compacto.
Otro dato relevante para explicar este aumento. El formato físico más cómodo en muchos aspectos. El CD no hay que darlo vuelta, su capacidad de almacenamiento llega a los 70 minutos (los vinilos como mucho 25 minutos por lado) y se puede saltar de canción para ir a otra sin dañar el disco.
Además, el compact disc permanece a diferencia de cualquier plataforma paga o gratuita, donde se puede escuchar, pero no tener (físicamente hablando). Aquí nos referimos básicamente a la escucha de música ocasional, pero ¿qué sucede si se trata de tener la de tu artista favorito? Este es el motivo por el que todavía se siguen haciendo CDs. Y eso ha despertado la curiosidad de los más jóvenes y, sobre todo, para el fanático de un solista o banda que necesita (¿quién no?) un pedazo de su ídolo. Eso representa hoy el disco compacto.
Otros antecedentes sobre el aumento de ventas del compact disc aseguran que, pese a este escenario, las suscripciones pagadas en plataformas como Spitify o Apple Music, por ejemplo, mantuvieron su alza por sexto año consecutivo.
Un estudio de Engaging With Music 2021, promediando el año pasado, arrojó que el 13 por ciento de los consumidores adquirió discos en los meses anteriores y sus edades se concentran entre los 35 y 44 años, donde se ubica el 17 por ciento del total de consumidores.
En síntesis, el CD se resiste a desaparecer y, según estas cifras, pareciera vivir una segunda oportunidad. Al menos hoy es posible ver reediciones cuya presentación no tiene nada que envidiar a la más cuidada edición de cualquier vinilo o reediciones aniversario. Los fanáticos de la música lo agradecemos.
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